Alan Castellanos, exdiputado priista de Los Reyes La Paz, ha dado un giro político que, aunque aún no se anuncia oficialmente, ya es evidente: ahora milita en el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Su transición, que comenzó a ser rumor desde febrero, se ha confirmado de facto a través de sus redes sociales, donde replica publicaciones del Verde Edomex. El silencio estratégico sobre su cambio de camiseta levanta preguntas importantes: ¿A qué le teme Castellanos? ¿Está esperando cerrar negociaciones internas o simplemente evitar el desgaste mediático de un anuncio formal?
Este silencio no es casual. En la política, lo que no se dice pesa tanto como lo que se grita. Alan Castellanos, heredero político del también priista Rolando Castellanos, parece entender que en tiempos de incertidumbre, los movimientos callados son los más efectivos.
Dos hombres, un partido: fractura en el Verde local
El ingreso de Castellanos no ha sido terso. El Partido Verde en La Paz ya tenía dueño de facto: Román Rico. Dos veces candidato, una regiduría lograda y ahora aliado de Morena bajo el respaldo político de Tranquilino Lagos, Rico ha construido con esfuerzo su base. Es un verde genuino, formado en las filas del partido.
La llegada de Castellanos representa no solo una competencia interna, sino una amenaza directa. Llega con la FROC —una de las estructuras más grandes del municipio— ya alineada con el Verde. Es evidente que el partido gana músculo con él, pero ¿a qué costo? ¿Qué tipo de Verde será el que termine dominando?
El mitin en la exCONASUPO: señales preocupantes
Castellanos reunió a su base en la exCONASUPO. La cita fue cerrada, sin celulares, sin prensa. Ahí, una figura del Partido Verde explicó los programas sociales que “bajarán” con el nuevo liderazgo. Según versiones internas, Castellanos no solo oficializó ahí su pase al PVEM, también instruyó a su gente sobre el nuevo padrón. Se rumora que pedirá el 50% de los apoyos que entregue, lo cual —de confirmarse— roza peligrosamente con el clientelismo más crudo y prácticas coercitivas con aroma a extorsión.
Más aún: estaría buscando a antiguos líderes priistas para capturar credenciales del INE, intentando consolidar un padrón que le garantice el control interno del Verde local. Esta operación política parece más una toma hostil que una adhesión ideológica.
De fracaso electoral al intento de renacer en 2027
Después de una participación desastrosa en la contienda federal con el PRI —donde obtuvo una de las votaciones más bajas del distrito— Castellanos busca reinventarse como candidato a la alcaldía en 2027, ahora bajo los colores verdes y con el respaldo del líder estatal del partido, Pepe Couttolenc.
Pero la pregunta que flota en el aire es inevitable: ¿estamos ante un reciclaje político oportunista o una verdadera reconversión ideológica? ¿Puede el Verde sostenerse como alternativa si abre sus puertas a cuadros caídos de otros partidos sin exigir rendición de cuentas ni compromiso con la plataforma?
¿A dónde va el Verde en La Paz?
El PVEM en La Paz enfrenta una encrucijada: apostar por la experiencia de un político con maquinaria (Castellanos) pero con sombras, o por la trayectoria institucional de Román Rico(pero sin oportunidad de triunfo, un simple migajero). Ambas figuras representan visiones opuestas del partido: una pragmática y de poder; otra de formación interna y lealtad.
La ciudadanía también tendrá que elegir, eventualmente, qué tipo de liderazgo quiere. Uno que negocia en lo oscurito o uno que ha resistido. El futuro del Verde, y quizás del gobierno municipal en 2027, dependerá de qué tanto está dispuesto el partido a cambiar sus principios por votos rápidos.
