La industria del taco en México se enfrenta a una crisis sanitaria con la venta de “carne basura,” un término que se ha acuñado para describir la carne de res congelada durante hasta 10 años que ha invadido los puestos de comida. Este fenómeno no solo amenaza la salud de los consumidores, sino que también plantea serios problemas económicos y regulatorios.
La alarmante llegada de la carne basura
La problemática surge principalmente por la importación de carne congelada desde Estados Unidos, que ha sido almacenada en cámaras frigoríficas durante una década. Esta carne, notablemente más barata, se ofrece como “bistec para taquero” en puestos callejeros, siendo vendida a una fracción del precio de la carne fresca.
Características y riesgos de salud
El bistec congelado por largos periodos tiende a perder valor nutricional y puede desarrollar bacterias patógenas. La carne muestra estrías características del congelamiento prolongado, y su manipulación sin medidas adecuadas agrava el riesgo de contaminación. Los consumidores, atraídos por los bajos precios sin conocer verdaderamente el impacto en su salud, están expuestos a estos peligros.
Implicaciones económicas y regulatorias
La elección de esta carne barata se vincula con el aumento del 18% en los precios tradicionales de la carne de res en 2025, lo que lleva a los vendedores a optar por alternativas económicas. Este enfoque expone la debilidad en los controles de calidad y las regulaciones sanitarias, permitiendo la entrada de estos productos de bajo costo al mercado mexicano con escasos controles aduaneros.
Un reflejo de la falta de control sanitario
El caso de la “carne basura” en la industria del taco refleja una preocupante falla en el sistema de vigilancia alimentaria, especialmente en mercados informales. Mientras no se reportan aún intoxicaciones masivas, el riesgo latente destaca la urgencia de implementar medidas más estrictas para garantizar la seguridad alimentaria en todos los niveles de la cadena de suministro.
Como respuesta, es necesaria una cooperación más efectiva entre productores, vendedores y autoridades sanitarias para proteger la salud del consumidor mexicano y el prestigio de uno de sus alimentos más emblemáticos.
