En un evento reciente que ha generado críticas y elogios por igual, Román Rico del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) ha entregado más de 3 mil apoyos a familias en el municipio de Los Reyes La Paz. Sin embargo, el trasfondo de esta generosidad aparente ha dejado mucho que desear.
La entrega se realizó bajo el lema “Hechos, no palabras”, sugiriendo un compromiso concreto con la comunidad. No obstante, ha surgido una ola de críticas sobre la procedencia de los fondos utilizados para estos “apoyos”. Según detractores, la donación de tinacos habría sido financiada no con recursos personales de Rico, sino con dinero de los impuestos de los ciudadanos. Esto plantea la pregunta:
¿Amabilidad genuina o campaña disfrazada?
Muchos argumentan que Román Rico, en lugar de mostrar una verdadera amabilidad y compromiso genuino con la comunidad, está usando recursos públicos para mejorar su imagen política. “Si realmente quiere hacer campaña y mejorar su imagen, que lo haga con su dinero”, han expresado críticos en redes sociales.
La campaña, promovida también bajo el eslogan “#ChambaMataGrilla”, busca resaltar acciones en vez de promesas vacías, en un intento por conectar con los ciudadanos de a pie. Sin embargo, el uso del dinero público para tales iniciativas ha hecho sospechar a muchos sobre las verdaderas intenciones detrás de estos actos “altruistas”.
Reacciones mixtas en Los Reyes La Paz
A pesar de las críticas, la comunidad local ha mostrado una aceptación mixta. Mientras algunos agradecen el apoyo, otros se muestran escépticos sobre la ética detrás de este notable gesto de apoyo. Incrementando aún más la controversia, miembros del PVEM, como Pepe Couttolenc, han elogiado a Rico por su “compromiso” en Los Reyes La Paz.
Este acto de entrega de apoyos plantea un debate más amplio sobre la utilización de fondos públicos para fines que no siempre son claros y sobre la delgada línea entre la ayuda social y la campaña política.
Es irónico cómo en México los políticos encuentran formas “creativas” de disfrazar el proselitismo como ayuda social. Román Rico no está regalando nada de su bolsillo, simplemente está jugando con los recursos que la gente paga con sus impuestos para construir una narrativa donde él parece el benefactor.
Si le dieron el apoyo, agárrelo, porque al final ese dinero no es un regalo de Román Rico, es suyo y de todos los ciudadanos que pagamos impuestos. Pero no se equivoque: esto no es un acto de generosidad, es simple y llana propaganda disfrazada de ayuda.
