En Los Reyes La Paz, pareciera que los problemas se solucionan con una pantalla inflable y una bolsa de palomitas. Esa es, al menos, la lógica que han adoptado varios políticos locales, quienes han convertido el cine en colonias populares en su máxima expresión de “gestión”. Donde deberían llegar políticas públicas, llegan funciones de películas. Donde debería haber obras, hay bocinas. Y donde la gente pide drenaje, pavimentación, seguridad o servicios de salud… les dan Disney.
¿Qué nos dice esto? Mucho más de lo que parece. Porque estas acciones no son inocentes ni espontáneas. Son parte de una estrategia bien conocida en ciencia política y psicología del comportamiento: la sustitución simbólica de necesidades reales por gestos superficiales, pero emocionalmente poderosos.
🎭 “Pan y circo”: actualizado al siglo XXI
El concepto es antiguo. En Roma, se hablaba de panem et circenses: comida y entretenimiento como método de control social. Hoy, en lugar de gladiadores, tenemos películas proyectadas en plazas, y en lugar de pan, palomitas. El mecanismo es el mismo: dar una dosis de evasión para calmar el descontento.
No es coincidencia que estos eventos se realicen justo en las colonias con más carencias. Según la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH), más del 60% de los hogares en zonas periféricas del Estado de México vive con ingresos insuficientes para cubrir necesidades básicas. Pero en lugar de atender esa precariedad, los políticos locales apuestan por espectáculos gratuitos. No resuelven el problema, pero entretienen a quien lo sufre.
🧠 Cerebro emocional, votos seguros
La neurociencia también tiene algo que decir. El cerebro humano reacciona con mayor intensidad a los estímulos emocionales que a los racionales. Según estudios del Behavioural Insights Team del Reino Unido, las experiencias que generan placer, cercanía o nostalgia tienen mayor impacto en la toma de decisiones que una hoja con propuestas políticas.
En otras palabras: ver una película con tus hijos al aire libre, escuchar al político decir “esto es para ustedes”, genera más conexión emocional que leer un plan de gobierno. Por eso prefieren llevar cine antes que rendir cuentas. Porque la conexión emocional deja votos; la rendición de cuentas, no siempre.
📉 Lo barato cuesta caro
Algunas personas pueden argumentar: “¡Pero al menos hacen algo!”. Y sí, hacer algo siempre parecerá mejor que hacer nada. Pero ese “algo” debe evaluarse en contexto. Si el presupuesto y la capacidad de solucionar se gasta en proyectores y palomitas mientras la infraestructura urbana colapsa, estamos reemplazando lo estructural por lo anecdótico.
La OCDE ha sido clara al señalar que los gobiernos locales deben priorizar políticas públicas de impacto medible, especialmente en zonas vulnerables. La cultura puede y debe ser parte del desarrollo, sí, pero no como fachada de gestión, sino como parte de un ecosistema que incluya educación, salud, empleo y urbanismo.
🗳️ ¿Y tú, qué película te estás creyendo?
La verdadera función está detrás de la pantalla. Mientras la gente ríe con una comedia, los mismos de siempre siguen en el poder sin dar resultados. Y no es que esté mal ver películas. Está mal que eso sea lo único que ofrecen.
Los Reyes La Paz merece más que un proyector y una selfie política. Merece un gobierno que le apueste a lo profundo, a lo incómodo, a lo estructural. Que cambie la realidad, no solo la disimule con un rato de entretenimiento.
Porque si lo único que saben hacer nuestros políticos es proyectar cine y dar palomitas… entonces el único guion que siguen es el de la simulación.
